TDAH y altas capacidades

Altas capacidades intelectuales y TDAH

La concurrencia de un diagnóstico de TDAH y de altas capacidades intelectuales en una misma persona es uno de los ejemplos que conocemos de doble excepcionalidad. Las personas doblemente excepcionales son aquellas que presentan una elevada inteligencia o capacidad creativa junto con un trastorno del neurodesarrollo distinto a la discapacidad intelectual. Los trastornos del neurodesarrollo que aparecen en las personas con doble excepcionalidad son el autismo, el TDAH o dificultades del aprendizaje (dislexia). A lo largo de este artículo vamos a hablar de lo complejo que es reconocer un diagnóstico de TDAH en una persona con altas capacidades. También señalaremos las similitudes y diferencias entre el TDAH y la superdotación intelectual. Por último, hablaremos del tratamiento que puede ofrecer un psiquiatra o un psicólogo clínico.

 

Qué es el TDAH

El TDAH o Trastorno por déficit de atención con hiperactividad es un trastorno del neurodesarrollo que comienza en la infancia y persiste en la edad adulta en la mitad de los casos. Afecta al menos a un 5 % de la población mundial menor de edad, independientemente de su nivel sociocultural y siendo el doble de frecuente en niños. Se caracteriza por la presencia de inatención, hiperactividad, impulsividad e inestabilidad emocional. El resultado son niños que se distraen con facilidad, impacientes, inquietos, con rabietas frecuentes y con bajo rendimiento académico. Como decíamos, este trastorno perdura en la edad adulta en aproximadamente la mitad de los casos. Su comorbilidad con otros trastornos mentales es muy alto, a saber: trastorno oposicionista-desafiante, ansiedad, depresión o consumo de sustancias en la adolescencia. Su detección precoz y tratamiento a corta edad mejora el pronóstico y reduce la comorbilidad con otros trastornos mentales.

 

Qué es un superdotado intelectual

El individuo superdotado intelectual (SI), o con altas capacidades cognitivas, se define como una persona con una capacidad intelectual excepcional, talento académico o aprendiz de alto potencial, con rasgos concurrentes de creatividad, curiosidad, esfuerzo y automotivación [Reis & Renzulli, 2020; Sternberg, 2005, 1986; von Stumm, 2011].

La superdotación viene definida por la obtención de una puntuación mayor a 130 en un test de inteligencia. Los test de inteligencia los tiene que realizar un clínico especializado, generalmente un neuropsicólogo. Existen diversas escalas para medir la inteligencia, las más utilizadas mundialmente son las Escalas de Inteligencia de Wechsler (en adultos se utiliza la escala WAIS-IV y en niños y adolescentes la escala WISC-V). Los test gratuitos que circulan por internet no tienen fiabilidad ni están validados. Si quieres conocer tu nivel de inteligencia, puedes contactar con nosotros.

TDAH y altas capacidades, diagnóstico y tratamiento.
 

Diagnóstico de TDAH y altas capacidades en adultos

A la hora de realizar un diagnóstico de TDAH en una persona es muy importante tener en cuenta su cociente intelectual, especialmente cuando predominan los síntomas de inatención. Un alto cociente intelectual puede encubrir un déficit de atención, mientras que un bajo cociente intelectual puede confundirse con un diagnóstico de TDAH.

El término de superdotación o de superdotado intelectual (SI) se puede encontrar en la guía de práctica clínica canadiense de TDAH (CADDRA, 2018), pero no se encuentra en otras guías clínicas (NICE, 2008) ni en las clasificaciones diagnósticas internacionales, como el DSM-5 (American Psychiatric Association, 2013) ni en el CIE-11 (Organización Mundial de la Salud, 2019).

Las altas capacidades intelectuales y los rasgos propios del TDAH pueden compensarse y encubrirse mutuamente:

  • El sujeto con altas capacidades intelectuales puede compensar las dificultades intelectuales propias del TDAH.

  • A su vez, las dificultades cognitivas y conductuales asociadas al TDAH pueden ensombrecer los rasgos excepcionales del superdotado.

Presentar una superdotación intelectual no excluye un posible diagnóstico de TDAH. En estudios observacionales se ha visto que en algunos estudiantes universitarios con TDAH podrían mitigarse determinados déficits en funciones ejecutivas y permitirles florecer académicamente o seguir y tener carreras exitosas [Minahim & Rohde, 2015; Milioni, 2016; Gomez, 2019]. Esto se debe a que los individuos con mayor cociente intelectual (CI) pueden desarrollar mejores estrategias de afrontamiento para manejar sus síntomas TDAH, comparados con los que tienen un bajo CI. Al mismo tiempo, los síntomas TDAH pueden interferir negativamente con el aprendizaje académico, reduciendo oportunidades de beneficiarse cognitivamente de la educación (Ritchie & Tucker-Drob, 2018).

Estos estudiantes universitarios con doble excepcionalidad (SI y TDAH) pueden ser difíciles de identificar o evaluar utilizando medidas estandarizadas y checklist observacionales de síntomas [Antshel, 2007;  Antshel, 2008; Barkley & Poillion, 1990; Beljan, 2006;  Rinn & Reynolds, 2012]. Los estudiantes con TDAH y superdotación pueden estar infraidentificados por padres, educadores, psicólogos y médicos. Un adecuado diagnóstico podría favorecer su completo desarrollo académico, profesional y personal aprovechando al máximo todo su potencial intelectual.

Posiblemente, estos casos se detecten más fácilmente cuando estos individuos se tienen que enfrentar a estudios universitarios u otros estudios que les exigen un mayor esfuerzo mental sostenido. Se investiga actualmente el potencial diagnóstico erróneo de los superdotados como TDAH o la concurrencia de TDAH y altas capacidades como diagnóstico doble [Mullet & Rinn, 2015]. Como decíamos, un CI alto no excluye la posibilidad de tener TDAH. Como tampoco lo excluye haber culminado estudios universitarios. Los estudiantes que consiguen buenas notas tienen más posibilidades de no ser diagnosticados ni tratados a pesar de que sigan mostrando síntomas relacionados con TDAH [Sedgwick, 2018].

El hecho de que hayamos estado hablando de la concurrencia de TDAH y superdotación no implica necesariamente que las personas con altas capacidades tengan más riesgo de desarrollar un Trastorno por déficit de atención con hiperactividad. De hecho, parece que ser superdotado intelectual es un factor de protección para TDAH en estudiantes menores de 18 años [Antshel, 2008 y 2010].

Hoy en día, nos encontramos con un interesante debate de si tanto el TDAH como el autismo pudieran contar con formas de presentación de comienzo en la edad adulta [Asherson & Agnew-Blais, 2019; Riglin, 2021]. Esta afirmación resulta un desafío a su clasificación como trastornos del neurodesarrollo, los cuales por definición han de iniciarse en la infancia. En el caso del TDAH, los pacientes que se identifican de adultos podrían ser aquellos con altas capacidades a los que no se les ha diagnosticado previamente el TDAH porque su superdotación ha compensado los déficit propios del TDAH.

 

Similitudes entre TDAH y altas capacidades

En principio, podemos pensar que entre las personas con TDAH y las personas con altas capacidades intelectuales todo van a ser diferencias. Las personas con altas capacidades suelen presentar un alto rendimiento académico, con buenos resultados a cambio de poco esfuerzo. Mientras que, las personas con TDAH suelen obtener pobres resultados académicas y, en muchos casos, después de realizar un esfuerzo mayor. A pesar de estas notorias diferencias, nos vamos a encontrar también con algunas características en común entre estas dos situaciones clínicas, que veremos a continuación.

Tanto las personas con TDAH como con altas capacidades suelen emplear periodos de tiempo prolongados en temas de su interés. Si bien, las consecuencias suelen ser más negativas para las personas con TDAH que no van a poder (posiblemente) “recuperar el tiempo perdido” y ponerse al día con sus obligaciones.

En los dos casos, durante el desarrollo madurativo es común encontrar discrepancias entre el desarrollo intelectual, físico, emocional y social. Aunque cada niño evoluciona y se desarrolla de distinta manera, es habitual encontrar en estos dos grupos desarrollos desequilibrados. Otro aspecto común en el desarrollo madurativo, y en la edad adulta, es una elevada intensidad emocional que les lleva a mantener luchas de poder con las figuras de autoridad. En la misma línea, ambos grupos son propensos a problemas y luchas en las relaciones sociales.

En cuanto a los niveles de actividad, ambos grupos suelen presentar elevados niveles de actividad que tienden a focalizarse y dirigirse con inquietud.

 

Diferencias entre TDAH y altas capacidades

En general, tanto las personas diagnosticadas de altas capacidades como las de TDAH, pueden tener problemas de adaptación a su entorno que pueden resultar similares, como hemos desarrollado en el apartado anterior. Sin embargo, estas similitudes presentan ciertas sutilezas que permiten diferenciar una persona con TDAH de otra con superdotación.

En ambos casos, estos sujetos tienden a sentirse aburridos, soñar despiertos y/o presentar problemas atencionales. A las personas con altas capacidades les ocurre esto en ambientes de aprendizaje poco exigentes, como cuando les explican algo que ya conocen o consideran muy intuitivo y obvio. Mientras que, las personas con TDAH muestran este aburrimiento y distraibilidad en múltiples contextos, pero más si no son de su interés. Si fueran de su agrado, pueden hiperfocalizar. Sencillamente, las personas con TDAH no están atentas a los que les están explicando y se muestran aburridas o soñando despiertas.

Los adultos superdotados tienden a cuestionar o desafiar reglas, regulaciones, costumbres o tradiciones, pero siendo capaces (generalmente) de mostrar un comportamiento socialmente aceptable. Sin embargo, el pobre control de impulsos que presentan las personas con TDAH les puede causar dificultades para respetar reglas, regulaciones, costumbre y tradiciones. De ahí que, las personas con TDAH, tienen mayor riesgo de verse involucradas en conductas criminales, conducción temeraria y consumo de sustancias ilegales.

Por tanto, los adultos con TDAH no van a ser capaces de inhibir o regular conductas disruptivas en contextos sociales. Por el contrario, las personas con alto CI van a poder contenerse verbal y físicamente, aunque no estén de acuerdo. Estos sujetos suelen ser capaces de argumentar de forma muy eficiente.

La impulsividad que presentan unos y otros al responder preguntas de un interlocutor cualquiera también va a diferir entre los dos grupos. Las personas con TDAH tienden a responder incorrecta e impulsivamente, sin esperar a haber comprendido bien el propósito de la pregunta. Mientras que las personas superdotadas suelen responder también de forma impulsiva, incluso sin esperar a que se termine de formular, pero en este caso las respuestas son correctas. Las personas con una elevada inteligencia son capaces de saber si ya han recibido la información suficiente para poder responder, eliminando otras posibles respuestas a medida que van escuchando atentamente a la otra persona.

En cuanto a la calidad del sueño, las personas con TDAH sufren problemas de sueño con frecuencia (fundamentalmente insomnio). El insomnio asociado al TDAH es una de las quejas más frecuentes de nuestros pacientes y requiere un abordaje psicosocial (mejorando la higiene del sueño) y, en muchos casos, también farmacológico. Por otra parte, las personas con altas capacidades puede que presenten una menor necesidad de sueño.

 

Tratamiento del TDAH en superdotados

El tratamiento del TDAH en personas superdotadas tiene ciertas particularidades y será conducido por un psiquiatra en colaboración con un psicólogo clínico. Es cierto que el tratamiento farmacológico, cuando sea necesario, va a ser el mismo que para las personas con TDAH e inteligencia normal. Sin embargo, el abordaje psicoterapéutico y psicosocial debe tener en cuenta las características particulares del paciente, incluida su inteligencia. Las personas con alto cociente intelectual tienen más posibilidades de desarrollar recursos y estrategias que minimicen el impacto del TDAH en la vida de la persona. Además, estas personas suelen ser más capaces de aprovechar recursos de autoayuda.

 

Psiquiatra especialista en altas capacidades con TDAH

La detección de un diagnóstico de TDAH en una personas con altas capacidades es un reto para los profesionales de salud mental. Como hemos visto, son casos que frecuentemente no se diagnostican hasta la edad adulta cuando el nivel de exigencia del entorno aumenta y empiezan a vislumbrarse los problemas relacionados con el TDAH que habían sido encubiertos por la elevada inteligencia. Para su correcto diagnóstico, es muy importante contar con la valoración de un psiquiatra especialista en TDAH.

 

Dr. David López Gómez

Psiquiatra especialista en TDAH y superdotación

Director de menteAmente