Diferencias entre la depresión bipolar y la depresión unipolar

Aunque a simple vista pueda parecer lo mismo: depresión bipolar y depresión unipolar, lo cierto es que hay importantes diferencias. En primer lugar, corresponden a dos trastornos diferenciados. Y, en segundo lugar, existe una sutil diferencia entre los síntomas de una depresión bipolar y una unipolar.

En este artículo vamos a:

  • explicar las diferencias entre la depresión y el trastorno bipolar.

  • explicar las características que diferencian una depresión bipolar de una depresión unipolar.

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Diferencias entre Depresión y Trastorno bipolar

La depresión es una enfermedad muy común en el ser humano que puede afectar hasta a una de cada cinco personas a lo largo de sus vidas; mientras que el trastorno bipolar es una enfermedad menos frecuente que puede afectar hasta a un 5 % de la población mundial.

Depresión y trastorno bipolar tienen tendencia a la recurrencia y a la cronicidad, y requieren tratamiento prolongado en muchos casos, sobre todo el trastorno bipolar.

La diferencia principal entre trastorno bipolar y depresión es que en el trastorno bipolar, además de depresión, hay episodios de manía o hipomanía. La manía, o su versión más suave, la hipomanía, son estados de ánimo exaltados que conllevan irritabilidad, enfado, euforia, insomnio, hiperactividad, pérdida de la sensatez, etc. Tanto los episodios depresivos como los maniacos/hipomaniacos son indeseables y ocasionan sufrimiento al paciente y a sus familiares.

Las personas con depresión mayor, no tienen episodios de manía ni hipomanía.

Resulta muy importante poder saber si la persona sufre un trastorno bipolar o depresión, dado que los tratamientos empleados para la depresión unipolar, es decir, la depresión normal, no sirven e incluso están contraindicados en el trastorno bipolar.

 

Cómo sé si mi depresión es un Trastorno bipolar

La depresión puede aparecer en personas que:

  1. nunca han tenido depresión ni trastorno bipolar.

  2. han tenido alguna vez depresión.

  3. han sido diagnosticadas de Trastorno bipolar.

Cuando una persona sin antecedentes de enfermedades de salud mental tiene un primer episodio depresivo, el profesional que lo evalúa se enfrenta al reto de identificar si esa persona pudiera potencialmente tener un trastorno bipolar. En estos casos, es importante preguntar por los antecedentes familiares.

Durante el proceso de evaluación de un episodio depresivo, el psiquiatra debe hacer una evaluación retrospectiva de algún episodio maniaco o hipomaniaco. Esto implica preguntar al paciente si alguna vez ha tenido síntomas compatibles con estos dos cuadros clínicos (manía e hipomanía), aunque no haya sido diagnosticado previamente. No es infrecuente que estos episodios hipertímicos (manía e hipomanía) pasen desapercibidos o hayan sido de una duración breve (pocos días).

La presencia de un episodio maniaco en el pasado nos lleva directamente a hacer el diagnóstico retrospectivo de trastorno bipolar, lo cual tenemos que tener muy presente a la hora de pautar el tratamiento de ese paciente. Mientras que, la presencia de algún episodio hipomaníaco nos debe llevar a ser muy cautos con el diagnóstico y con el tratamiento. Deberemos evaluar la frecuencia de esos episodios, la duración y su intensidad, así como evaluar la presencia de otros episodios depresivos previos.

Cuando la depresión que sufre el paciente es su primer episodio afectivo y podemos asegurar que nunca ha tenido un episodio maniaco o hipomaniaco, el diagnóstico en principio va a ser depresión unipolar. Pero, en todos los casos, debemos estar alertas porque podría ser un trastorno bipolar cuyo primer episodio ha sido depresivo en lugar de maniaco.

 

Características de la depresión bipolar

La experiencia clínica y los estudios epidemiológicos han logrado establecer una serie de patrones de la depresión bipolar que nos orientan hacia el diagnóstico de un trastorno bipolar. Las características de la depresión bipolar se pueden resumir en:

  1. inicio precoz del episodio depresivo, es decir, antes de los 25 años.

  2. mayor número de episodios depresivos a lo largo de la vida.

  3. antecedentes familiares de trastorno bipolar.

  4. comienzo rápido de los síntomas depresivos.

  5. episodio depresivo de inicio en el posparto.

  6. mayor gravedad de los episodios depresivos.

  7. peor respuesta a los antidepresivos convencionales o, incluso, aparición de hipomanía inducida por antidepresivos.

  8. presencia de síntomas psicóticos.

  9. síntomas atípicos de depresión (aumento de apetito, aumento de horas de sueño, cansancio y pesadez en extremidades).

  10. impulsividad.

  11. irritabilidad, agresividad y hostilidad.

  12. abuso de sustancias adictivas (alcohol, cannabis y cocaína, por ejemplo).

 

Ejemplo de depresión que pueda hacer sospechar un trastorno bipolar

Imaginemos un varón de 20 años, con un padre y un tío diagnosticados de trastorno bipolar, cuyos síntomas depresivos han aparecido súbitamente y son muy intensos. El joven se encuentra anormalmente irritable con su familia y no responde bien a los antidepresivos pautados por su médico de cabecera.

Estamos ante un caso en el que deberíamos considerar el diagnóstico de trastorno bipolar, hacer un seguimiento muy estrecho y elegir bien el tratamiento que más puede ayudarlo.

 

¿Dónde acudir ante la sospecha de una depresión?

Un médico psiquiatra especialista en depresión y trastorno bipolar puede valorar las características particulares de cada episodio depresivo, establecer el riesgo de que se trate de un trastorno bipolar y ofrecer un tratamiento en acorde al correcto diagnóstico. De esta manera, se evitaría la prescripción de fármacos contraindicados en la depresión bipolar, como los antidepresivos convencionales.