El pronóstico de la depresión depende de diversos factores. Por regla general, la depresión es una enfermedad crónica y, por tanto, quien ha sufrido un episodio depresivo tiene más riesgo de sufrir futuros episodios similares. Los factores que más van a influir en que la enfermedad no se cronifique son: un diagnóstico y un tratamiento tempranos.

 

Evolución esperada de la Depresión

La duración esperada de un episodio depresivo mayor es de varios meses, a pesar de que para realizar el diagnóstico solo sean necesarias dos semanas consecutivas de síntomas. Cuanto menos tiempo lleve la persona deprimida y antes se diagnostique la depresión, mejor respuesta puede tener al tratamiento. Por tanto, los pacientes que llevan unos pocos meses deprimidos cuando empiezan el tratamiento tienen mayor probabilidad de responder al tratamiento que los que llevan más de un año.

Cuanto antes se empiece el tratamiento de la depresión, mejor va a ser la respuesta al tratamiento.

El Trastorno depresivo mayor suele iniciarse en muchos casos a la edad de 20 años. Esto supone que al tener la persona toda una vida por delante tiene mayor probabilidad de presentar recaídas. Aproximadamente dos de cada tres personas que sufren depresión volverán a sufrir un episodio depresivo en los siguientes 15 años de sus vidas. Este porcentaje aumenta a medida que la persona acumulen más episodios depresivos en su historial, llegando al 83 % si tiene cuatro o más episodios a lo largo de su vida.

La depresión es una enfermedad crónica: 2 de cada 3 personas volverán a tener un episodio depresivo.
 

Respuesta de la Depresión al tratamiento

El pronóstico de la depresión que no recibe tratamiento es el de permanecer deprimido durante un periodo largo e indeterminado. Muchas veces pueden pasar años y los síntomas pueden no llegar a remitir del todo. La remisión espontánea puede ocurrir en algunos episodios de corta duración, pero no es lo habitual. Por ello, es muy importante hacer un correcto diagnóstico de la depresión.

Cuando se recibe tratamiento adecuado, la recuperación del episodio depresivo se inicia dentro de los tres meses siguientes al comienzo del tratamiento en uno de cada tres pacientes. Este porcentaje aumenta a dos de cada tres pacientes si se toma como referencia el plazo de un año. Uno de los factores que mejor predice esta respuesta a los tratamientos es el tiempo que lleva la persona deprimida. Cuanto menos tiempo lleve el paciente con depresión, mejor respuesta puede tener a la medicación. Por este motivo, es muy importante consultar con un especialista en salud mental, psiquiatra o psicólogo clínico, lo antes posible.

 

Recaídas en Depresión

Como decíamos, las recaídas son muy comunes en Depresión y dos de cada tres personas que han tenido un episodio depresivo mayor sufrirán una recaída en los siguientes 15 años. El riesgo de recaída es mayor en los primeros meses tras la remisión de los síntomas de la depresión. Por este motivo, se recomienda mantener la medicación al menos durante 6 meses tras la remisión de los síntomas depresivos.

El riesgo de recaída también es mayor cuando el episodio anterior fue grave, en las personas que han tenido múltiples episodios y en los jóvenes. El riesgo de recaída es mayor en las personas jóvenes, sencillamente porque les quedan más años de vida por delante y, probabilísticamente, tendrán más riesgo.

Cuanto mayor número de episodios depresivos, mayor es el riesgo de presentar nuevos episodios.

La persistencia de síntomas residuales tras el tratamiento también es un predictor de recaída en depresión. Concretamente, las personas que no logran un remisión completa de los síntomas depresivos, y en los que persisten síntomas residuales, tiene tres veces más riesgo de recaída. Los síntomas residuales más habituales son: insomnio, falta de concentración o interés y sensación de fatiga o dolor. Si estos síntomas no se abordan correctamente, el riesgo de recaída (de volver a tener otro episodio depresivo) se multiplica por tres. Curiosamente, estos tres síntomas mencionados no mejoran con la mayoría de los antidepresivos convencionales. Por este motivo, es muy conveniente que la evaluación de la medicación la realicé un médico especialista en psiquiatría. Puesto que sí que existen tratamientos específicos para estos síntomas.

 

Consecuencias de que no se cure del todo la depresión

El objetivo del tratamiento de la depresión ha de ser que la persona vuelva a ser la que era y desaparezcan todos los síntomas. Si la recuperación de la depresión es parcial y no es completa, nos podremos encontrar con los siguientes problemas:

 
La depresión mal curada puede llevar al consumo de alcohol.
  • persistencia de problemas familiares y laborales

  • persistencia de las limitaciones para el buen funcionamiento diario

  • mayor utilización de los servicios médicos

  • aumento del riesgo de abuso de sustancias (alcohol o drogas)

  • aumento del riesgo de suicidio

  • mayor riesgo de recaída (3 veces más riesgo) y menor tiempo hasta la recaída

 
Una recuperación incompleta de la depresión, aumenta por 3 el riesgo de un nuevo episodio depresivo.

En los últimos años, se han tenido muy en cuenta los síntomas cognitivos asociados a la depresión. Algunos personas con depresión presentan llamativas dificultades para concentrarse, para planificar, para tomar decisiones y, en general, para pensar. Estos síntomas cognitivos suelen aparecer antes de que el sujeto experimente los síntomas clásicos de depresión (tristeza, llanto o culpa) y pueden tardar hasta meses en desaparecer después de la remisión del resto de síntomas depresivos. Para estos casos, existe un antidepresivo que ha demostrado mejorar significativamente los síntomas cognitivos de la depresión frente al resto de antidepresivos. Este fármaco se llama Vortioxetina (Brintellix ®).

 

¿Cuánto tiempo dura el tratamiento de la Depresión?

El tratamiento de la depresión se divide en dos fases: tratamiento de la fase aguda y tratamiento de mantenimiento o prevención de recaídas. El tratamiento de la fase aguda es variable y depende de la respuesta individual de cada persona al tratamiento y de la severidad de los síntomas. La fase de tratamiento agudo concluye cuando los síntomas remiten. En ese momento comienza la siguiente fase: tratamiento de mantenimiento o prevención de recaídas. Como decíamos, las recaídas en depresión son mucho más frecuentes cuanto más cerca nos encontremos del periodo sintomático de la enfermedad. Esto supone que los primeros meses tras la remisión del episodio depresivo sean los más delicados en cuanto al riesgo de recaída se refiere. Por este motivo, tras un primer episodio depresivo se recomienda mantener la medicación durante un periodo de entre seis y doce meses, a contar a partir de la remisión de los síntomas, no del inicio del tratamiento.

Tras un primer episodio, el tratamiento debería mantenerse un mínimo de 6 a 12 meses.

En las personas que ya han sufrido un segundo episodio depresivo, se recomienda mantener hasta dos años el tratamiento. También se cuenta desde que se recuperaron los síntomas y no desde que se inició el tratamiento.

Por último, en personas que han sufrido tres o más episodios depresivos se considera una depresión recurrente y el riesgo de recaída es superior al 80 % en los siguientes 15 años. Por este motivo, en estos casos, se recomienda mantener la medicación durante un periodo mínimo de cinco años o, incluso, indefinidamente.

 

Factores de buen pronóstico de un episodio depresivo

A continuación vamos a resumir cuáles son los factores de buen pronóstico de un episodio depresivo:

 
Existen algunos factores que son indicadores de buen pronóstico en la depresión.
  • rápido inicio del tratamiento.

  • buena y rápida respuesta al tratamiento.

  • haber completado el tratamiento según la indicación del profesional, ya haya sido farmacológico o psicoterapéutico.

  • ausencia de antecedentes familiares de depresión.

  • ausencia de episodios depresivos previos.

  • desaparición de todos los síntomas.

  • resolución del factor precipitante (si lo hubo).

  • ausencia de otras enfermedades físicas o psiquiátricas.

  • ausencia de problemas con el consumo de alcohol u otras drogas.

 
 

Factores de mal pronóstico de un episodio depresivo

Ahora la toca el turno a los factores de mal pronóstico de un episodio depresivo:

  • inicio demorado del tratamiento.

  • mala respuesta al tratamiento.

  • persistencia de síntomas tras el tratamiento.

  • interrupción prematura del tratamiento.

  • persistencia en el consumo de alcohol o de otras drogas.

  • presencia de otras enfermedades físicas o mentales.

  • persistencia del problema familiar o social que precipitó el episodio.

  • antecedentes de múltiples episodios depresivos previos.

  • antecedentes familiares de depresión.

La presencia de factores de mal pronóstico nos debe mantener alerta y ayudarnos a concienciarnos de lo importante que es hacer un tratamiento con un buen profesional para evitar que la enfermedad progrese. Muchos de estos factores de mal pronóstico son modificables y pueden tratarse (como las adicciones) o prevenirse con una buena alianza médico-paciente (como el abandono del tratamiento).