Tipos de insomnio: clasificación

El insomnio se puede clasificar atendiendo a su duración o al momento del sueño que se vea más afectado. Por lo tanto si lo clasificamos en función de su duración, utilizando el punto de corte en tres meses, podemos clasificar en dos clases de insomnio: insomnio crónico e insomnio agudo.

Mientras que, si lo clasificamos en base al momento del sueño que más se afecta, lo podemos clasificar en insomnio de conciliación, insomnio de mantenimiento, insomnio de despertar precoz, insomnio mixto e insomnio global.

A continuación vamos a explicar en qué consisten los distintos tipos de insomnio y las diferencias entre ellos.

 

Tipos de insomnio según su duración

Clásicamente se ha dividido en insomnio de larga duración (crónico) e insomnio de corta duración (agudo) utilizando una línea divisoria de tres meses. Es decir, cuando el insomnio dura menos de tres meses se denomina agudo, mientras que cuando dura más se denomina crónico.

 

1. Insomnio crónico

Se considera insomnio crónico cuando aparecen problemas en el inicio o mantenimiento del sueño al menos tres veces por semana y durante un mínimo de tres meses. Estas dificultades para conciliar o para mantener el sueño deben asociarse a síntomas durante el día como cansancio, problemas de concentración o irritabilidad.

Insomnio crónico: problemas para iniciar o mantener el sueño al menos tres veces por semana y durante más de tres meses.

La gravedad del insomnio muchas veces viene definida subjetivamente por la persona que lo sufre. Por tanto, es difícil establecer una línea divisoria entre el sueño normal y el sueño patológico. No obstante, se ha consensuado establecer como normal tardar menos de 30 minutos en conciliar el sueño y en volverse a dormir después de despertarse. Este tiempo que se tarda en conciliar el sueño se denomina técnicamente latencia del sueño. En niños, adolescentes y adultos jóvenes el tiempo de latencia suele menor y se estima como normal un plazo de 20 minutos.

Por tanto, si eres un adulto y tardas más de 30 minutos en conciliar el sueño cuando te acuestes o cuando vuelves a dormirte después de haberte despertado, puede ser que tengas insomnio y se pueda tratar.

En la mayor parte de los casos, el insomnio crónico está relacionado con la presencia de un trastorno psiquiátrico (siendo la ansiedad generalizada el más frecuente), con el consumo de sustancias (el alcohol la más frecuente) o con otra enfermedad médica (por ejemplo, dolor crónico mal controlado o síndrome de apnea del sueño).

Se considera normal tardar hasta 30 minutos en quedarse dormido desde que uno se acuesta.
 

2. Insomnio agudo o insomnio de corta duración

A diferencia del insomnio crónico, y como indica su propio nombre, el insomnio agudo se caracteriza por una duración inferior a tres meses, en el que también suele verse afectada la conciliación y el mantenimiento del sueño. Asimismo, puede aparecer en respuesta a un precipitante o no, o como un síntoma más de un trastorno psiquiátrico (ansiedad lo más frecuente) o como efecto del consumo de alguna sustancia o droga.

Cuando el insomnio dura menos de tres meses se denomina agudo.

A pesar de que es muy complicado estimar el porcentaje de personas que sufren insomnio de corta duración, se calcula que aproximadamente a lo largo de un año entre un 15 % y un 20 % de las personas tendrá insomnio agudo. Los episodios de insomnio transitorio son más frecuentes en mujeres y en personas de edad avanzada.

Algunas personas tienen más predisposición que otras a presentar insomnio agudo ante un problema.
 

Tipos de insomnio según el momento de aparición

Atendiendo al momento de aparición del insomnio podemos encontrar distintas fases del insomnio, que explicamos a continuación.

 

1. Insomnio de conciliación

Se denomina insomnio de conciliación cuando aparece dificultad en el inicio del sueño (aumento de la latencia del sueño). Se considera normal una latencia del sueño inferior a 20 minutos en población infantil y adultos jóvenes, e inferior a 30 minutos para adultos de mediana edad o personas mayores.

 

2. Insomnio de mantenimiento

Hablamos de insomnio de mantenimiento cuando aparece la dificultad para mantener el sueño a lo largo de la noche. Este tipo de insomnio puede manifestarse con despertares frecuentes (insomnio intermitente) o con la imposibilidad de conciliar el sueño tras un despertar. En ambos casos se altera la arquitectura del sueño y disminuye mucho el porcentaje de sueño profundo.

 

3. Insomnio de despertar precoz

El insomnio de despertar precoz aparece cuando el sujeto se despierta antes de que suene el despertador o antes de la hora esperada. Cabe señalar que hay personas que tienen por costumbre madrugar mucho y se levantan por la mañana sin despertador. Madrugar mucho o despertarse sin despertador, en principio, no es un problema que deba tratarse si la persona no siente cansancio por el día ni siente problemas relacionado con haber descansado poco.

Este tipo de insomnio también se conoce como insomnio terminal.

 

4. Insomnio mixto

Cuando aparecen conjuntamente dos de los tres tipos de insomnio enunciados en los puntos anteriores. Es decir, en el insomnio mixto aparece una combinación de dos de los siguientes: insomnio de conciliación, de mantenimiento o de despertar precoz.

 

5. Insomnio global

Cuando se altera el sueño por completo y aparecen los tres tipos de insomnio: de conciliación, de mantenimiento y de despertar precoz. Suele ser un insomnio severo. Normalmente, el insomnio global se suele expresar de forma que el paciente no logra dormirse al inicio de la noche y tarda mucho en conciliar, se despierta a las pocas horas y no volver a dormirse en toda la noche. Se trata del insomnio más grave porque el número de horas dormidas suele ser muy insuficiente.



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