Medicamentos para el estrés

Los medicamentos más utilizados para tratar el estrés son los antidepresivos y las benzodiacepinas (ansiolíticos), que solo se venden con receta y requieren prescripción médica. Como alternativa sin receta médica existen algunos antihistamínicos y melatonina que se utilizan para el insomnio, así como complementos alimenticios a base de hierbas naturales (como la valeriana, la pasiflora y la ashwagandha). Además de explorar cuál es la mejor pastilla para el estrés, vamos a considerar otras opciones. La psicoterapia y mejorar los hábitos de vida pueden tener efectos más sostenibles en el tiempo y menos riesgos que los fármacos.

Medicamentos y pastillas para el estrés.

Qué es el estrés

¿Quién no ha sentido estrés alguna vez? ¿O a quién no le has oído decir que está estresado?

Todos sentimos estrés porque es una respuesta natural y adaptativa del organismo ante situaciones que percibimos como amenazantes o desafiantes. El estrés no se necesariamente malo; al contrario, en dosis moderadas y puntuales, nos ayuda a afrontar situaciones importantes de nuestra vida. Por ejemplo, el estrés nos motiva para estudiar un examen o nos da energía adicional para salir corriendo ante un peligro.

Desde un punto de vista evolutivo, el estrés nos permite sobrevivir individualmente como personas y colectivamente como especie. Sin embargo, hoy en día estamos sometidos a unos desafíos más sostenidos en el tiempo que no se solucionan con reacciones rápidas inmediatas. Las preocupaciones más frecuentes en la actualidad son sobre nuestra situación financiera personal, la posibilidad de comprar una vivienda, la estabilidad laboral, la igualdad de oportunidades, la corrupción, la migración… Ninguno de estos problemas, se resuelve luchando o huyendo, que es para lo que nos prepara el estrés.

El estrés se puede clasificar atendiendo a su intensidad y duración en estrés agudo y estrés crónico. Veremos qué medicamentos son mejores para el estrés agudo y qué medicamentos son mejores para el estrés crónico.

También se puede clasificar en función del origen del estrés en: estrés laboral, estrés por conflictos familiares, estrés por conflictos de pareja, estrés por exámenes, estrés por sobrecarga de responsabilidades, estrés por conciliación familiar… Lo cierto es que no existen medicamentos específicos para cada uno de estos tipos de estrés, sino que habrá que analizar cada caso y decidir en función del tipo de síntomas, intensidad y duración de los mismos.

Síntomas frecuentes del estrés

El estrés puede experimentarse como una sensación física o como una sensación subjetiva de encontrarse desbordado, enfadado o irritable la mayor parte del tiempo. Los síntomas del estrés son muy inespecíficos y muchas personas sufren estrés sin darse cuenta de que lo tienen.

Los síntomas más frecuentes en el estrés son:

  • Dolor de cabeza (cefalea).

  • Cansancio y fatiga.

  • Insomnio.

  • Tensión muscular o dolor cervical.

  • Sensación de mareo o de inestabilidad.

  • Opresión en el pecho o palpitaciones.

  • Sensación de falta de aire o suspiros frecuentes.

  • Síntomas gastrointestinales: como ardor, gases, estreñimiento, náuseas, hinchazón abdominal.

  • Problemas para concentrarse o para recordar detalles (memoria).

Cuándo plantearse tomar medicamentos para el estrés

El estrés excesivo y persistente puede afectar de forma muy negativa a nuestro bienestar y rendimiento. Una dosis puntual y moderada de estrés nos puede dar la energía para preparar una presentación por la noche; sin embargo, sentir ansiedad a diario por trabajo, nos impedirá descansar y relajarnos al terminar la jornada. Cuando esto sucede se ve afectado no solo nuestro sueño, sino también el estado de ánimo, la salud física y el rendimiento cognitivo.

Se recomienda consultar con un profesional de salud mental si:

  • Los síntomas de estrés interfieren en tu vida personal, académica, laboral o social.

  • El estrés se prolonga durante semanas o meses.

  • Aparece insomnio, ansiedad o tristeza intensa, o ideas de autolesionarse.

  • Se recurre al consumo de sustancias (tabaco, alcohol, cannabis,…) para “sobrellevarlo”.

Medicamentos con receta para el estrés

Los tratamientos farmacológicos más empleados en el estrés son los antidepresivos y un tipo de ansiolíticos denominados benzodiacepinas. Además, también se utilizan otros grupos de fármacos de los que vamos a hablar a continuación, como antiepilépticos, antipsicóticos de segunda generación y Daridorexant.

A priori, entiendo que te pueda parecer extraño leer que para tratar el estrés se utilicen fármacos cuyo nombre hacen alusión a otros problemas de salud, como antidepresivos, antipsicóticos o antiepilépticos. Lo cierto es que todos estos medicamentos tienen efectos sedantes, que pueden ser muy útiles en personas con un elevado nivel de estrés. Aunque también deben considerarse sus efectos colaterales.

El nombre de antidepresivo puede hacernos creer que esta familia de psicofármacos solamente se utilizan para tratar la depresión, sin embargo son mucho más versátiles y tienen indicación en otros trastornos mentales. Por ejemplo, se utilizan como ansiolíticos para tratar la ansiedad, como la que aparece en determinadas fobias (agorafobia, fobia social o fobias específicas), la ansiedad generalizada y las crisis de pánico. Además, los antidepresivos también se utilizan para tratar el estrés postraumático y como antiobsesivos para tratar el TOC. Por último, también se utilizan para tratar algunos trastornos de la conducta alimentaria, como la fluoxetina en la bulimia nerviosa.

  1. Benzodiacepinas para el estrés

Las benzodiacepinas son una familia de psicofármacos clasificadas como hipnosedantes. Las benzodiacepinas tienen efectos tranquilizantes, ansiolíticos, sedantes e hipnóticos. Además, también se utilizan como relajantes musculares y anticonvulsivantes.

Ventajas

Las benzodiacepinas son ansiolíticos e hipnóticos muy eficaces. Una sola toma puede producir efectos casi inmediatos y tranquilizar o dormir a una personas que estaba muy estresada y angustiada.

Desventajas

La eficacia y rapidez de acción de las benzodiacepinas en el tratamiento de la ansiedad y el insomnio contrastan con sus riesgos. Son medicamentos que, a medio y largo plazo, pueden producir tolerancia, dependencia, somnolencia diurna, disminución de los reflejos, accidentes de tráfico y laborales, caídas en ancianos.

Para minimizar los efectos secundarios, se recomienda tomar por periodo de tiempo limitado a unos pocos días o semanas. Se debería evitar su uso prolongado porque pueden perder eficacia con el tiempo (tolerancia), producir dependencia (adicción) y tienen efecto rebote (empeoramiento de los síntomas al retirar bruscamente).

Principios activos y nombres comerciales

Algunas de las benzodiacepinas más conocidas son:

Análogos de las benzodiacepinas

Para el tratamiento específicamente del insomnio, existen dos fármacos comercializados en España que se denominan fármacos Z o análogos de las benzodiacepinas:

  • Zolpidem (Stilnox ®).

  • Zopiclona (Limovan ®).

Se trata de medicamentos con indicación en el tratamiento del insomnio (no de la ansiedad ni del estrés), que se toman antes de irse a dormir y su efecto hipnótico es más específico que el de las benzodiacepinas. Los análogos de las benzodiacepinas tienen menos efecto relajante muscular que las benzodiacepinas.

2. Antidepresivos para el estrés

Los antidepresivos que más se emplean en el tratamiento del estrés son los inhibidores de la recaptación de serotonina (ISRS) y los antidepresivos duales (IRSN), aunque para el insomnio también se suelen utilizar mirtazapina y trazodona (Deprax ®).

Los antidepresivos pueden disminuir la percepción de amenaza constante, calmar la rumiación mental y mejorar el control emocional. También ayudan a mejorar el sueño, el apetito y la energía, factores que indirectamente reducen la sensación de estar "sobrepasado".

Los antidepresivos tienen un comienzo de acción diferido en el tiempo y tardan en hacer efecto entre dos y cuatro semanas. Además, durante los primeros días de tratamiento puede aparecer un incremento de la ansiedad, razón por la cual se suelen combinar con ansiolíticos como las benzodiacepinas.

Ventajas

Los antidepresivos tipo ISRS son medicamentos ampliamente utilizados desde hace más de 25 años y son muy seguros. No tienen el riesgo de tolerancia y adicción de las benzodiacepinas, ni tampoco producen somnolencia diurna, riesgo de caídas o accidentes.

Desventajas

Los antidepresivos ISRS tardan al menos dos semanas en empezar a hacer efecto y, en algunos casos, la sintomatología ansiosa puede empeorar en los primeros días de tratamiento. La eficacia sobre el estrés y la ansiedad persiste mientras se toma la medicación, pero suele desaparecer tras su interrupción. Para que la mejoría persista en el tiempo una vez suspendido el fármaco, suele ser necesario instaurar un cambio en los hábitos de vida.

Por el contrario, mirtazapina y trazodona suelen tener un efecto más rápido sobre el insomnio que los ISRS. Sin embargo, mirtazapina suele aumentar el apetito y el peso, mientras que trazodona puede provocar mareo, hipotensión postural o retención urinaria.

Principios activos y nombres comerciales

Los ISRS comercializados en prácticamente todo el mundo son:

Además de los ISRS, también se utilizan los antidepresivos duales o IRSN:

3. Daridorexant para el insomnio

Daridorexant (Quviviq ®) es un medicamento que no se utiliza específicamente para el estrés, pero tiene indicación en el tratamiento del insomnio crónico. Se entiendo por insomnio crónico el tener problemas para conciliar o mantener el sueño al menos tres días a la semana y durante un periodo mínimo de tres meses.

Daridorexant es el único DORA (antagonista dual de los receptores de orexinas) comercializado en Europa y presenta grandes ventajas frente a otros hipnóticos como las benzodiacepinas y sus análogos.

En concreto, las ventajas de daridorexant frente al resto de hipnóticos son:

  1. Reduce el tiempo de conciliación y los despertares nocturnos, aumentando el tiempo total de sueño.

  2. No produce somnolencia residual al día siguiente.

  3. No genera tolerancia, es decir, no se necesita una dosis mayor para producir el mismo efecto a lo largo del tiempo.

  4. Las reacciones adversas son mínimas.

  5. Mantiene su eficacia durante un mínimo de 12 meses.

  6. No produce insomnio de rebote al retirar la medicación.

  7. Preserva las habilidades cognitivas y los reflejos al día siguiente.

  8. No tiene potencial de abuso como las benzodiacepinas.

4. Betabloqueantes para el estrés social

Los medicamentos tipo betabloqueantes como el propranolol (Sumial ®) los pueden utilizar las personas con fobia social antes de someterse a situaciones de exposición social. Este fármaco solo se dispensa en farmacias con receta y prescripción médica. Se toma un rato antes de tener que dar una charla en público y ayuda a controlar los síntomas físicos de la ansiedad, como la sudoración y el temblor. No se recomienda su uso aislado, sino que se recomienda que se administren junto con un tratamiento psicológico para la fobia social.

5. Antiepilépticos para el estrés

Algunos antiepilépticos tienen propiedades ansiolíticas y se utilizan en personas con crisis de ansiedad o trastorno de ansiedad generalizada. Frente a las benzodiacepinas, tienen la ventaja de que no generan tolerancia ni dependencia, pero pueden producir somnolencia y sensación de bloqueo mental, especialmente a altas dosis. También son muy útiles en personas con estrés que tienen descontrol de impulsos, por ejemplo, hacia la comida.

Algunos ejemplos de antiepilépticos son:

  • Gabapentina (Neurontin ®): se utiliza fuera de ficha técnica para la fobia social y para prevenir crisis de ansiedad.

  • Pregabalina (Lyrica ®): aprobada en España para el tratamiento del trastorno de ansiedad generalizada.

  • Topiramato (Topamax ®): se utiliza fuera de ficha técnica para prevenir los atracones de comida asociados al estrés en el contexto de un trastorno por atracón.

6. Antipsicóticos de segunda generación

En casos resistentes se pueden emplear como coadyuvantes los antipsicóticos de segunda generación con un perfil más sedante o ansiolítico como Quetiapina (Seroquel ®) o Olanzapina (Zyprexa ®).

Medicamentos sin receta o suplementos para el estrés

Existen dos grupos de medicamentos que se venden sin receta en farmacias para el insomnio (antihistamínicos y melatonina), además de diversos preparados con hierbas medicinales para el estrés y el insomnio (valeriana, pasiflora, ashwagandha y lavanda). Estos tratamientos tienen escasa evidencia científica y se recomienda utilizarlos solo en casos leves y, a ser posible, bajo recomendación médica o farmacéutica. En cualquier caso, si no fueran efectivos, te recomiendo que consultes con tu médico.

  1. Antihistamínicos H1

Seguramente el lector no ha oído hablar de los antihistamínicos H1, pero si te digo que son los mismos que se utilizan para la alergia ya sabrás cuáles son. Habrás escuchado que los antihistamínicos antiguos producían mucho sueño y las personas se debatían entre sufrir los síntomas de la alergia o sentirse adormilado por el día. Este problema se solucionó con los antihistamínicos de segunda generación, que no producían somnolencia. Sin embargo, los antihistamínicos más sedantes se han quedado como tratamientos del insomnio sin receta médica.

Los dos antihistamínicos más utilizados con efecto hipnótico son:

  • Difenhidramina (Soñodor ®).

  • Doxilamina (Dormidina ®).

A pesar de que se vendan sin receta, no están exentos de riesgos. Es frecuente que tras varias semanas tomando estos fármacos, pierdan eficacia por el llamado fenómeno de tolerancia (que también tienen las benzodiacepinas y los análogos de las benzodiacepinas). Además, también pueden producir efectos adversos, como aumento del apetito, retención de orina y estreñimiento. Los ancianos son más sensibles a los efectos adversos y pueden sufrir alteraciones cognitivas y desorientación.

2. Melatonina

En España, la melatonina se vende sin receta en presentaciones de hasta los 1,98 mg porque se considera un suplemento alimenticio. A partir de esa dosis, se considera medicamento y requiere receta médica. En otros países, como en EEUU, se comercializa libremente en dosis de 5 y hasta 10 mg. No está demostrado que dosis superiores a 2 mg sean más eficaces para mejorar el sueño, y el beneficio adicional de dosis más altas no está claro. Aun así, algunos especialistas recomiendan dosis superiores en situaciones puntuales o casos específicos.

En nuestro país, se comercializa Circadin ® (melatonina de liberación retardada en comprimidos de 2 mg).

La melatonina puede reducir indirectamente los niveles de estrés, ofreciendo a las personas un mejor descanso y regulando sus ritmos circadianos. Generalmente, la melatonina es más eficaz en personas mayores de 55 años, ya que la producción fisiológica de melatonina disminuye con la edad.

3. Hierbas medicinales (valeriana, pasiflora, ashwagandha, lavanda)

La valeriana ha sido utilizada desde la Antigüedad y existen registros de su uso en Grecia y Roma, ya que es mencionada en textos de medicina tradicional de la Antigua Grecia. La pasiflora fue introducida en Europa más recientemente, entre los siglos XVI yXVIII, importada del Nuevo Mundo, donde los nativos americanos la utilizaban con fines medicinales.

La valeriana, la pasiflora y la lavanda actúan sobre el neurotransmisor GABA del cerebro, curiosamente el mismo que sobre el que actúan las benzodiacepinas (los ansiolíticos por excelencia). La valeriana suele utilizarse más como ansiolítico durante el día, por su menor riesgo de causar somnolencia, mientras que la valeriana tiene un efecto más directo sobre el sueño. La lavanda se utiliza en aromaterapia con propiedades relajantes. Se consideran bastante seguras, de ahí que se vendan sin receta en los herbolarios.

La ashwagandha se ha utilizado en la medicina ayurvédica. Los resultados son todavía preliminares, pero se cree podría reducir los niveles de cortisol, mejorando el estrés.

Recomendación del experto

El mejor tratamiento del estrés no siempre va a ser un medicamento. El estrés forma parte de la vida cotidiana y tenemos que aprender a regularlo para que sea tolerable y episódico. Cuando sobrepasa el umbral del malestar o se cronifica, un cambio en el estilo de vida puede marcar la diferencia. Entre los distintos hábitos generales que recomiendo mejorar se encuentran:

  1. Asegurarse un número de horas de sueño nocturno suficientes.

  2. Regular los ritmos circadianos y horarios de comidas.

  3. Realizar ejercicio físico de forma regular.

  4. Pasar tiempo de calidad con familiares y amigos.

  5. Cuidar la dieta, evitando el alcohol, los azúcares, las grasas y los alimentos ultraprocesados.

  6. Sanear las finanzas personales.

  7. Practicar el altruismo.

  8. Estar en contacto con la naturaleza.

  9. Leer y meditar.

  10. Aprender una nueva habilidad artística o desarrollar una ya adquirida, como tocar un instrumento, escribir o pintar.

No cabe duda de que estas recomendaciones son muy generales e inespecíficas. Cuando estas recomendaciones no son suficientes o el origen del estrés es un problema concreto, la psicoterapia puede ayudar al paciente a resolver sus conflictos y a conocer mejor sus fortalezas y debilidades. Por ejemplo, es posible que algunas personas se sientan muy estresadas porque no se les dé bien poner límites en sus relaciones interpersonales o no conozcan estrategias de regulación emocional. La psicoterapia puede ayudar a estas personas a establecer límites con sus parejas o jefes y adquirir herramientas de regulación emocional.

¿Qué medicamento es mejor para el estrés?

A pesar de estas recomendaciones, puede haber personas que se beneficien de un tratamiento farmacológico para reducir su estrés.

  1. Cuando el estrés es muy agudo y no permite pensar con claridad o los síntomas físicos son muy molestos, las benzodiacepinas pueden tener efectos milagrosos; sin embargo, a medio o largo plazo son peligrosas.

  2. Por otra parte, cuando el estrés es persistente en el tiempo y dificulta al individuo la toma de decisiones que le permitan salir de la situación que ha provocado el estrés, los antidepresivos pueden ser de gran ayuda.

  3. Para el insomnio crónico, después de la psicoterapia, recomiendo daridorexant.

En cualquier caso, la decisión de tomar una medicación para el estrés no debe ser exclusiva del paciente, sino que debes consensuarla con tu psiquiatra. En este caso, tu psiquiatra te explicará los riesgos y ventajas de los medicamentos para el estrés, así como de las alternativas terapéuticas con evidencia científica.

Psiquiatra especialista en estrés

 
Psiquiatra especialista en estrés

Psiquiatra especialista en estrés

 
Siguiente
Siguiente

Escitalopram por Venlafaxina: cambio de antidepresivo