El diagnóstico del Trastorno obsesivo compulsivo (TOC) se realiza mediante una entrevista clínica dirigida por un profesional cualificado y con experiencia. Los test online no son una fuente fiable de diagnosis.

 

Cómo se diagnostica el trastorno obsesivo compulsivo

El diagnóstico del Trastorno obsesivo compulsivo es clínico, es decir, que se hace en función de los síntomas que relata el paciente y de los signos que observa el profesional. Como ocurre en el resto de trastornos mentales, no existe ninguna prueba de imagen ni analítica que confirme o avale el diagnóstico.

En realidad, el diagnóstico clínico del Trastorno obsesivo compulsivo es muy sencillo una vez que el paciente reconoce sus obsesiones y sus rituales. El problema está en que normalmente el paciente no identifica sus síntomas como la consecuencia de una enfermedad. Sencillamente, creen que son así y que tienen esas manías o esa manera de pensar. Por este motivo, el diagnóstico del TOC se suele retrasar más de diez años desde el inicio de los síntomas. Un profesional con experiencia y que conozca bien qué es el TOC podrá sospecharlo y hacer el diagnóstico.

De media, una persona está más de diez años con síntomas antes de que le diagnostiquen TOC.

Como decíamos, el Trastorno obsesivo compulsivo se caracteriza por la presencia de obsesiones y compulsiones. Las obsesiones son incómodos pensamientos, que se experimentan como involuntarios, intrusivos, no deseados y causan malestar o ansiedad. Estas obsesiones se intentan ignorar o se neutralizan con otro pensamiento (compulsión mental) o acción (compulsión conductual) repetitivos. Las compulsiones surgen en respuesta a las obsesiones y se experimentan como un impulso al que es difícil oponerse. Las obsesiones generan ansiedad y las compulsiones intentan aliviarla o evitar un suceso temido en la obsesión. Sin embargo, estas compulsiones no suelen estar relacionadas de forma objetiva con el evento temido o resultan excesivas. Por ejemplo, ante la idea de que va a ocurrir una catástrofe familiar (obsesión), el paciente siente la necesidad de “tocar madera” tres veces con cada dedo de la mano izquierda (compulsión). Objetivamente, tocar un trozo de madera no puede evitar una catástrofe familiar, por muchas veces que se repita o se realice en una secuencia concreta.

 

¿Todas las personas con ideas obsesivas o compulsiones tienen TOC?

La respuesta es rotundamente no. Prácticamente todas las personas tienen en algún momento de su vida síntomas obsesivo-compulsivos. ¿Quién no se ha dado nunca la vuelta para comprobar si ha cerrado el coche o nunca ha pensado que algo malo podía ocurrir? Para poder considerarse un TOC, los síntomas han de ser persistentes y deben consumir mucho tiempo –al menos una hora al día- o provocar un malestar clínicamente significativo.

Todas las personas pueden tener en algún momento de su vida síntomas obsesivo-compulsivos sin tener un TOC.
 

Características típicas del TOC

El contenido de las obsesiones y las compulsiones varía de una persona a otra. Aun así, hay ciertos aspectos característicos: la simetría, la limpieza y contaminación, el daño, la acumulación de objetos y los pensamientos tabú. Se pueden tener síntomas de todos estos grupos o de uno o algunos en concreto. Lo llamativo es que prevalecen a lo largo de la vida (es decir, quien de niño tiene obsesiones de daño, de mayor tendrá obsesiones con el mismo contenido). También resulta curioso y llamativo que estas temáticas se repitan entre diversas culturas, por distintas y distanciadas que sean.

 

Signos del Trastorno obsesivo compulsivo

Los signos son las manifestaciones objetivas y observadas en la exploración médica del paciente (a diferencia de los síntomas, que son elementos subjetivos percibidos exclusivamente por el paciente).

Existen algunos signos en los que los profesionales observadores podemos fijarnos para sospechar un diagnóstico de Trastorno obsesivo compulsivo. Es frecuente que, durante la entrevista, realice algún ritual de comprobación (como puede ser revisarse los bolsillos, comprobar varias veces si ha cerrado bien la puerta, si se ha sentado correctamente o si se le ha entendido bien). La compulsión de lavado de manos suele lesionar el dorso de las manos con una dermatitis de contacto característica, en la que el profesional puede reparar durante la consulta. En algunos casos, los pacientes llegan a ocultar estas lesiones bajo unos guantes por vergüenza o, incluso, para evitar contaminarse al salir a la calle.

 

Test para diagnosticar el TOC

Como en otros trastornos mentales, los profesionales en salud mental utilizamos cuestionarios o escalas para apoyar los diagnósticos que establecemos con la entrevista clínica. Estas escalas no tienen utilidad si no se han realizado por un profesional cualificado y si no se acompañan de una entrevista clínica. La mayoría de estas escalas son útiles, sobre todo, para cuantificar la gravedad del TOC y poder establecer una comparativa antes y después del tratamiento, y evaluar la eficacia del mismo en la reducción de síntomas.

Los test pueden servir de referencia, pero no pueden suplir una entrevista clínica con un profesional.

La escala más utilizada es la Yale-Brown Obsessive-Compulsive Scale (Y-BOCS), que tiene también una versión para niños (CY-BOCS). Esta escala consta de cinco ítems para evaluar las obsesiones y cinco ítems para evaluar las compulsiones. Cada ítem puntúa de 0 a 4, con una puntuación máxima de 40 y una puntuación de corte de 8 puntos. Existe también un listado de síntomas en los que el paciente puede señalar las obsesiones y compulsiones que el paciente ha sufrido en el pasado y sufre en la actualidad (Y-BOCS Symptom Checklist).